Supersustos. El laboratorio del pánico

Rusty y sus amigos no tenían muchas expectativas de aventura para este año, hasta que aparece un nuevo profesor obsesionado por la luna. ¿POR QUÉ ESTÁ TAN INTERESADO POR LAS NOCHES DE PLENILUINIO? Sospechosamente, desde hace algún tiempo cada noche con luna llena extraños acontecimientos suceden en la ciudad, y varios profesores sufren ataques miste- riosos. Se trata de algún animal que anda suelto tal como dicen los adultos... ¿o quizá es algo más siniestro y peligroso?

Daniel no se sentía muy feliz de acompañar a su familia en otro viaje a una exploración arqueológica: a ellos les encantan las ruinas y las cosas viejas pero él... ¡él es un crack de los videojuegos! Pasar sus vacaciones en un lugar sin wifi le parece un castigo. Pero cuando por accidente acaban en la extraña Isla de los Desesperados, lo que encuentra allí supera su imaginación: ¡ESQUELETOS VIVIENTES! ¡ANIMALES POSEÍDOS! ¡ZOMBIS! ¡LA ISLA ENTERA ESTÁ LLENA DE BICHOS RAROS! Lo que empezó como unas vacaciones aburridas se ha convertido en una auténtica aventura espeluznante,...

When a seven-year-old boy starts crying uncontrollably, nobody can understand why, until his father discovers that his son is afraid of death, for which the father has a solution--seventeen magical candies--fewer than the boy's loved ones.

Lirismo, ironía y normalidad absoluta, para marcar, con gran sentido del humor, un acento revisionista sobre el tópico de la princesa de los cuentos tradicionales, que conoce al príncipe y se enamora para toda la vida, y hablar, finalmente, de valores y sentimientos humanos, y descubrir el valor de la convivencia entre diferentes y al mismo tiempo iguales. Raquel Saiz Abad, Licenciada en Bellas Artes y escritora de Cuentos Infantiles.

Libro 2 de encogí de hombros a mi mejor amigo. Zac al rescate! Dos niños lograron usar uno de los inventos de su madre para reducirse. Porque confundieron un rayo reductor con un rayo del tiempo. Cayeron en una caja llena de juguetes viejos y accidentalmente los transportaron a la casa de un compañero de clase, Zac; allí estaban a merced de dos niños que los hicieron vivir un sin fín de aventuras, hasta que Zac los ayudó a llevarlos a su casa nuevamente. Pero al llegar a la casa Zac, éste también se redujo con el rayo, por lo que abrió la puerta para comenzar una nueva aventura.

Esta historia es un canto a la felicitación. Las voces proceden de un coro muy especial, capaz de conseguir armonía donde algunos solo esperaban oír un barullo espantoso. Lo que uno solo no puede hacer, lo harán mejor dos, y mejor todavía tres, cien, mil... Ahí está el secreto que nos transmite Carmen Vázquez-Vigo para que vivamos cada día con ilusión aunque no sea nuestro cumpleaños.