Renacimiento

Este libro de factura e inspiración típicamente unedina es, en esencia, y pese a la diversidad de los materiales que conforman el corpus de la obra, un sencillo y nada pretencioso homenaje al soneto. Su estructura interna bien definida —y cuya regularidad formal no sólo permite las altas cumbres conquistadas por Petrarca o Garcilaso, sino el juego experimental de un Raymond Queneau—, ha seducido a sus autores. Un buen día nos pusimos de acuerdo en sacar a la luz, y al alimón, algunas composiciones poéticas que teníamos escondidas en el fondo del armario de nuestras creaciones. Nos...

Este libro no hubiera visto la luz sin las innumerables diligencias, correcciones, sugerencias, enmiendas, auxilios, arreglos y rearreglos, depuraciones, contribuciones, ayudas y hasta poesías y lágrimas de Mónica Collazo (Moony), propias de toda musa que detrás del poeta participa y casi des aparece.

La poesía de Claudio Rodríguez es un milagro del equilibrio: halla su mejor decir a medio camino entre lo lírico y lo narrativo; sabe sostenerse sobre la delgada línea que separa lo racional de lo irracional; participa del aliento más alto y se nos manifiesta terrestre, casi campesina; hace canto de lo coloquial y lleva la voz de los clásicos hasta su propio instrumento para reinventarla. En su entonación andan juntas la hondura de Quevedo y la gracia aleve de Garcilaso; el misterio de san Juan y el desgarro de Manrique. Su verso nunca nos convence, nos doblega; ni siquiera nos seduce, ...

¿De qué nos habla Nadie sabe dónde estuvimos? Hay una entrada y una salida en cada poema que nos va llevando de la mano hacia un corazón turbio que observa con pena. Quizá, la decepción y el malestar del poeta oculten un profundo dolor ante lo manifiesto del mundo, y –también– sobre lo que no está expuesto en forma precisa. Con humor ácido a veces, con agnosticismo en otras, expone las dudas sobre lo que existe en lo recóndito del alma humana. Su socarrona ironía nos transporta a un universo en donde las preguntas abundan y las respuestas son escasas. Lo cotidiano va cayendo...