Nueva Zelanda 5_6. Taupo y meseta central

Confinada entre el salvaje mar de Tasmania y los Alpes Neozelandeses, la costa oeste (también conocida como Westland) no se parece a ningún otro lugar del país. ·Explorar las formaciones calcáreas y el bosque de la cuenca del Oparara ·Mapas ·Empaparse en las aguas del río Buller ·Transporte ·Excavar en el pasado dorado de la costa oeste en Reefton ·Restaurantes y alojamiento Incluye: Reefton, Westport, Karamea, La gran carretera de la costa, Punakaiki y Paparoa National Park, Greymouth, Hokitika, Westland Tai Poutini National Park, Glaciar Franz Josef, Glaciar Fox

Paco Nadal selecciona las mejores escapadas por Cantabria con todo lo que el viajero no debe perderse Escaparse unos días y desconectar es ahora más fácil que nunca con esta nueva colección pensada para fines de semana, puentes o unas vacaciones cortas, con todo lo que verdaderamente el viajero no debe perderse en cada lugar: localidades, monumentos, espacios naturales, gastronomía, visitas culturales... Sencillas de consultar y de lectura amena, estas guías caben un bolsillo y seleccionan la información útil para manejarse cómodamente en el destino escogido, sin renunciar a sacarle...

La GUÍA10 de Mallorca recopila lo mejor de Palma y de la isla para sacar el máximo provecho a una escapada de varios días. Se detallan los 10 puntos de imprescindible visita en Mallorca, se recomiendan 10 restaurantes especialmente seleccionados para esta guía, así como 10 tiendas de interés para el visitante y los 10 principales eventos que tienen lugar en la isla. Todo acompañado de mapas, fotografías e información práctica.

Cinco ciudades contadas por igual número de escritores que suponen un viaje a lo más íntimo y conmovedor de la experiencia del viajero. A la manera de los diarios de viaje, estos relatos tienen la fuerza, el humor y la emoción de la mejor literatura de No-Ficción.

Fabián Soberón, en su magnífico libro Ciudades escritas, nos habla más desde el sujeto que desde el objeto del deseo a ser explicado, porque en esta crónica lo que más importa, ante la extrañeza y el misterio de la ciudad americana, desde Middlebury hasta Hollywood, es la idea de pertenecer a lo visitado sólo a través de la propia soledad, que a veces pasa del asombro al extrañamiento alucinante, a la manera del cineasta David Lynch. Esa sensación melancólica convertida en sentimiento luego se transforma, a manera de “veladura”, en el tono verdaderamente seductor de este libro.