Elena G. White (26 de noviembre de 1827 - 16 de julio de 1915) fue una figura prominente en el movimiento adventista y es considerada una de las fundadoras de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Nacida como Elena Harmon en Gorham, Maine, Estados Unidos, desde una edad temprana mostró un gran interés por la religión y la espiritualidad, influenciada por el ambiente religioso de su familia.
En 1840, a la edad de 12 años, Elena sufrió un grave accidente que la dejó con problemas de salud que la acompañaron durante toda su vida. A pesar de su frágil condición, se dedicó fervientemente a su fe. En 1844, se produjo un evento crucial en el que los seguidores de William Miller predijeron la segunda venida de Cristo. Cuando esto no ocurrió, muchos quedaron desilusionados, pero Elena tuvo una serie de visiones que la llevaron a creer en la continuidad de la obra divina en la Tierra.
En 1846, se casó con James White, un pastor adventista, y juntos comenzaron a trabajar arduamente para establecer la iglesia y promover sus enseñanzas. A lo largo de su vida, Elena G. White escribió más de 5,000 artículos y 40 libros sobre temas que iban desde la religión hasta la salud y la educación. Sus obras más conocidas incluyen El deseo de todas las gentes, La historia de la redención y La educación, las cuales han tenido un impacto duradero en la educación y la salud dentro de la comunidad adventista.
Elena G. White también fue una firme defensora de la salud y la reforma alimentaria. En 1863, durante una conferencia en Michigan, recibió instrucciones divinas sobre la importancia de llevar una vida saludable y el impacto de la dieta en el bienestar espiritual y físico. Así, promovió una dieta vegetariana y la abolición del uso de alcohol y tabaco entre los adventistas, lo que ha llevado a muchos a adoptarlo como un estilo de vida.
- Visiones y escritos: Sus visiones fueron la base de sus enseñanzas, las cuales enfatizaban la necesidad de un regreso a las prácticas cristianas originales y la observancia del sábado como día de descanso.
- Educación: Elena también fue un ferviente defensora de la educación. Fundó varias instituciones educativas y escribió extensamente sobre la importancia de la educación integral, que incluía la formación espiritual y moral además de la enseñanza académica.
- Legado: Su influencia se extiende más allá de su propia denominación, impactando a numerosas organizaciones cristianas e incluso a movimientos relacionados con la salud y la educación.
A lo largo de su vida, Elena G. White enfrentó numerosas críticas y desafíos, tanto de dentro como de fuera de la iglesia. Sin embargo, su persistencia y su dedicación a su causa la catapultaron a una posición de gran respeto y autoridad. En 1915, falleció en California, pero su legado perdura. Hoy en día, es recordada no solo como una líder espiritual, sino también como una autora prolífica cuya obra sigue siendo leída y estudiada ampliamente.
El impacto de Elena G. White en el movimiento adventista y en la sociedad en general no puede ser subestimado. Sus enseñanzas y escritos continúan guiando a millones de personas en su vida espiritual y cotidiana, y su enfoque en la salud y la educación ha dejado una marca indeleble en la forma en que muchos entienden y viven su fe.