El árbol de la lengua
¿Utilizamos anglicismos porque suenan más modernos, porque son más concretos o para ocultar realidades incómodas? ¿Suenan bullying, mobbing o minijob más inofensivos que "acoso escolar", "acoso laboral" o "empleo precario"? ¿Cuánto dice el diminutivo que usas sobre el lugar al que perteneces? Si la hache es muda, ¿por qué no es inútil? ¿Cuánto nos enseñan los nombres de los colores sobre nuestros prejuicios lingüísticos? ¿Por qué todos hablamos como mínimo un dialecto? Preguntas como estas se formula e intenta responder Lola Pons en su nuevo libro El árbol de la lengua. La ...