La culpa la tiene el técnico
Este libro nos relata historias locas y profundamente humanas, historias increíbles. Un entrenador que en plena asamblea de la gremial fue hasta su vehículo a buscar una cuchilla choricera para pelear con Juan Ramón Carrasco. Otro que, para cortar una mala racha, hizo subir al 9 de su equipo a un ómnibus con una planta en la cabeza y tiempo después, mandó pintar las paredes y las bombitas del vestuario visitante de negro para que fuera «un ataúd». El que todas las mañanas de invierno se lanzaba en la piscina de agua helada de su casa y llegó a encerrar a sus jugadores en un sótano ...