El caso Saint-Fiacre
"Maigret revivía las sensaciones de antaño: el frío, el escozor en los ojos, la punta de los dedos helada, el regusto del café. Y después, al entrar en la iglesia, una vaharada de calor, de luz tenue; el olor de los cirios, del incienso...". La última vez que Maigret visitó Saint-Fiacre, el pueblo en que nació, fue para asistir al funeral de su padre, que trabajó durante treinta años como administrador del castillo de los condes de la región. Ahora una carta anónima anuncia que se cometerá un crimen durante la misa del Día de Difuntos, y el comisario debe regresar a sus...