Primera regla: no hay reglas
¿Puede acabar bien un amor que empezó de la peor manera posible? Poppy siempre creyó que no, pero aun así, la atracción que sentía por él no le permitió ser objetiva y terminó cediendo a sus encantos, hasta que todo acabó peor de lo que había empezado. Para Drake las relaciones sólo duraban lo mismo que el tiempo que debe permanecer un jinete profesional de toros sobre el animal: ocho segundos. A él sólo le interesaba batir récords en su nómina de conquistas pasajeras. Pero por alguna razón los ocho segundos de la ronda corta se transformaron en los que uno enfrenta en el...